Collares

¿Qué es un collar BDSM?

Un collar de sumisión es mucho más que un simple accesorio BDSM. Es como un símbolo de entrega, confianza y control. Los collares se usan para dejar claro quién es la persona sumisa en la relación, y aunque a simple vista parezca solo un adorno, tiene un montón de significado detrás.

Cuando te pones un collar de sumisa, no solo estás añadiendo un toque a tu outfit, ¡estás asumiendo tu rol en todo el juego! Es como un recordatorio constante de la conexión con tu pareja dominante y la sumisión que has elegido explorar. 

Y claro, no podemos olvidarlo: el toque sexy. Igual que los arneses y máscaras BDSM, el collar de sumisión te da ese toque de misterio que hace que todo sea mucho más emocionante. 

Tipos de collares BDSM

Los collares pueden variar en material, tamaño y diseño. Desde los más clásicos de cuero hasta los más atrevidos con detalles metálicos o de cadenas, ¡tenemos lo que buscas!

• Collares básicos y chokers: sencillos pero con mucho poder. Son perfectos si buscas algo discreto, cómodo y fácil de llevar. No necesitas nada más para empezar a jugar y sentir el control.
• Collares con correa: este es el combo perfecto, el collar más una correa para que la persona dominante tenga control total. ¡Ideal para arrastrar a tu amante por donde quieras y hacer que siga tus pasos como un cachorrito!
• Collares con pinchos y tachuelas: si buscas algo más rudo y atrevido, este collar sadomasoquista es el tuyo. Los pinchos y las tachuelas le dan un toque de dureza y rebeldía, perfectos para aquellos que quieren jugar con sensaciones fuertes.
• Collares tipo collarín: son collares más grandes, anchos y robustos, como un collar victoriano, lo que los hace super imponentes al agarrar todo tu cuello. Si quieres que un collar diga "aquí mando yo", este es el elegido.
• Collares con esposas: un collar con un toque extra de restricción. No solo llevas el collar, ¡también las esposas BDSM! Perfecto para añadir un toque de inmovilización mientras juegas con el control y la sumisión.
• Collares con pinzas para pezones: aquí no solo llevas el collar bondage, también te llevas unas pinzas para pezones. Ideal si te gustan las combinaciones de dolor y placer, ¡porque la intensidad se multiplica con estas pinzas!
• Collares con argollas para amarrarlo: este collar de sumiso viene con argollas integradas para que puedas amarrarlo a lo que quieras, cuerdas BDSM, cadenas, tu corbata… lo que te dé más morbo. 

¿Por qué comprar un collar de sumisión?

Un collar de sumisión añade esa chispa extra que te lleva a otro nivel. Imagínate ponértelo y sentir cómo cambia la energía en la habitación: ya no es solo una cuestión de placer físico, ¡es todo un juego de roles! 

Te permite ceder el control (o tomarlo, si te gusta más el rollo dominante), explorar nuevas sensaciones y conectarte de manera diferente con tu pareja. Además, es una forma de hacerlo todo mucho más sexy.

Y lo mejor de todo: un collar de sumisión no es solo para expertos en BDSM, cualquiera puede disfrutar de su poder. Si quieres experimentar algo nuevo, este collar es el primer paso perfecto para empezar a jugar con los límites y disfrutar de una conexión más intensa.

Cómo escoger el collar de sumisión perfecto

Al escoger un collar de sumisión, no se trata solo de verlo y decir "¡me gusta!", sino de encontrar el que te haga entrar en ese rol que tanto te pone. 

Piensa en lo que te gusta. El collar es algo que vas a llevar puesto durante un rato, así que no te olvides de la comodidad. Si eres de las personas que buscan algo que no apriete y más suave, busca collares finos sin mucha decoración. Si te va el rollo duro, prueba con collares más anchos o con cadenas.

¿Qué tipo de vibe buscas? Algunos collares son más sutiles, casi discretos, perfectos si estás empezando o si prefieres algo más sencillo. Otros son más atrevidos, con pinchos, tachuelas o incluso pinzas para los pezones. ¿Lo tuyo es lo más light o te gusta que tenga un poco más de “carácter”? Eso lo decides tú.

El tamaño importa: asegúrate de que el collar tenga el tamaño adecuado para tu cuello. Nada de que te quede demasiado suelto o apretado, ¡que luego no será para nada cómodo!