El bondage, hoy en día, es una de las prácticas más extendidas tanto por la comunidad BDSM como por el resto de mortales que buscan experiencias más atrevidas y picantes que las prácticas más convencionales. Y no nos extraña en absoluto.

Son muy variadas las sensaciones que pueden conseguir quienes llevan a la práctica estos juegos: indefensión, sumisión, dominación, humillación y por supuesto placer, mucho placer. El placer que se siente al darle el control a otra persona que marcará las pautas a seguir, al sentir el roce del cuero en la piel y al ver reducidos los propios movimientos quedando a merced de otra voluntad. El placer añadido al combinarlo con otras prácticas sexuales que dispararán la libido tanto de la persona que inmoviliza como la de la persona que es inmovilizada... ¿Hace falta que sigamos?

Con CANDIE, estas esposas de cuero sintético de marcada estética sadomaso, podréis llevar a cabo vuestras más perversas fantasías, pues están diseñadas para jugar duro y asegurar que la presa no se escape. Su peculiar sistema de cierre incluye un candado con un juego de llaves para cada muñequera que hará la experiencia aún más excitante. ¿Qué tendréis que hacer o dejaros hacer para que se os entreguen?

Además, su sistema de unión es a través de una cadena metálica con un mosquetón en cada extremo dando una holgura de 18 cm, para que podáis atar bien en corto reduciendo en la medida de lo posible los movimientos. Porque de eso se trata, ¿no?

Dicen que en la vejez de lo que más nos arrepentimos es de no haber hecho aquello que, teniéndolo a mano, no nos atrevimos a hacer.

¿Vais a dejar que os ocurra? Dad el paso.