Velas

¿Qué son las velas BDSM?

Las velas BDSM no son como las del salón de tu casa o las de tu cumpleaños. Estas velas no están para decorar… ¡están para jugar!

Están diseñadas específicamente para el juego erótico con calor, lo que significa que se derriten a una temperatura mucho más baja que las velas normales. Esto permite que puedas verter la cera directamente sobre la piel sin riesgo de quemaduras serias, aunque sí con ese toquecito de escozor placentero que hace que se te erice todo el cuerpo.

¿El resultado? Una experiencia sensorial brutal. El calor, el goteo lento, la expectativa de dónde caerá la próxima gota... ideal para juegos de dominación, sumisión, castigo sensorial o simplemente para subir la temperatura en la habitación, literal y figuradamente.

Además, estos accesorios BDSM no solo te erizarán la piel, algunas tienen aromas deliciosos que envolverán la habitación y te despertarán todos los sentidos.

Tipo de velas BDSM

Algunas velas para BDSM se convierten en aceites calientes para masajes, otras en gotas de cera para marcar el cuerpo… ¡Hay para todos los gustos y pieles!

• Velas de aceite para hacer masajes: cuando se derriten, no generan cera, sino un aceite tibio, sedoso y aromático que puedes untar con las manos por todo el cuerpo y masajear a tu pareja. ¿Lo mejor? Permiten mantener un ambiente sensual sin meterte aún en el terreno del dolor placentero. Ideales para quienes quieren empezar suave, calentar motores, o simplemente prefieren las caricias calentitas. Después de probarlas, te costará volver al aceite de coco normalito.
• Velas de parafina para jugar: aquí ya entramos en terreno de juguetes BDSM en toda regla. Estas velas están hechas con parafina, un tipo de cera segura para el cuerpo que también se derrite a baja temperatura, perfecta para el clásico juego de goteo. Sirven tanto para crear un juego de control y castigo, como para dibujar formas sensuales, letras o caminos sobre el cuerpo de tu pareja. Eso sí, esto ya no es nivel principiante. 

¿Por qué comprar velas para echar por el cuerpo?

Porque el cuerpo está para explorarlo, admirarlo y jugar con él como si fuera un lienzo en blanco. Una vela es justo esa herramienta que convierte la piel en un territorio lleno de posibilidades, tanto si dominas como si te entregas, puede ser el punto de partida a una sesión de sexo cargada muy hot.

Imagina esto: la habitación en penumbra, la llama bailando, el silencio roto por una respiración entrecortada y unos gemidos y, de repente, una gota caliente resbala por tu pecho, la espalda o los muslos. 

El calor activa terminaciones nerviosas que muchas veces están dormidas. Cada gota y cada roce generan una reacción real y muy física. Ese picorcito justo entre el placer y el castigo que es una locura. 

Además, si utilizas otros accesorios como máscaras BDSM o ataduras BDSM, la incertidumbre de no saber qué pasará y de no poder controlar la situación te pondrá aún más a tono.

El efecto visual también tiene su punto. Ya sea para marcar, dibujar o simplemente disfrutar del contraste entre luz y sombra, la cera cayendo por el cuerpo de tu amante es puro espectáculo.

Qué tener en cuenta antes de comprar velas BDSM 

Vale, sí: las velas BDSM son súper sensuales, visuales y excitantes, pero antes de dejarte llevar por el impulso, hay algunas cositas que conviene tener claras. Porque no todas las velas valen para el cuerpo, y aquí no estamos para jugar con fuego de forma literal (bueno, un poco sí… pero con cabeza).

Te dejamos una mini guía con lo que deberías mirar sí o sí antes de comprar tus velas para BDSM:

• Temperatura de fusión: este es EL punto clave, no todas las velas son iguales. Las de casa, las de ambientador o las decorativas se derriten a temperaturas muy altas. Si te las echas en la piel, puedes terminar con una quemadura real… y nada sexy. Las velas BDSM están hechas para derretirse a temperaturas más bajas, justo en ese punto entre “me quema” y “¡uy, qué rico!” . Así que asegúrate de que la vela esté diseñada específicamente para uso corporal o erótico. Tu piel y tu pareja te lo agradecerán.
• Color (sí, también cuenta): ¿Pensabas que el color solo era para la decoración? ¡Error! El contraste visual es parte del juego. Una vela negra sobre piel clara crea un efecto dramático brutal. Una cera roja cayendo por la espalda tiene un toque de pecado que sube la temperatura solo de mirarlo. Las velas claras, en cambio, pueden dar un rollo más sutil o elegante. Así que, además de lo sensorial, piensa también en lo visual. Todo entra por los ojos… y por otros lados.
• Ingredientes y aromas: algunas velas para BDSM están hechas con aceites esenciales o fragancias suaves que aportan un plus al ambiente. Imagina un masaje caliente con aroma a vainilla, pétalos de rosa, fresas o un perfume afrodisíaco que flota por la habitación. Eso sí, si eres sensible a los olores o prefieres algo más neutro, también hay opciones sin perfume. Elige lo que más te excite: un aroma dulce y envolvente o uno más especiado y provocador.