¿Has oído hablar de los huevos masturbadores y te pica la curiosidad? Estos huevitos no son los típicos que te preparas para desayunar, aunque algunos dan ganas de chuparse los dedos. 

Estos juguetes sexuales esconden un placer enorme, son pequeños, suaves, elásticos y con texturas que hacen maravillas. En esta guía te contamos cómo se usa un huevo masturbador para que descubras por qué tantos penes los adoran. Ten un poco de lubricante a mano… ¡y a disfrutar del meneíto!

¿Cómo funcionan los huevos masturbadores?

A simple vista parecen un huevo corriente, pero estos masturbadores masculinos esconden un pequeño secreto. Están hechos de silicona o elastómero muy elástico, lo que permite que se adapten a cualquier tamaño de pene. Por dentro, cada modelo tiene una textura diferente: estrías, puntitos, relieves o espirales que acarician el pene con cada movimiento.

Su secreto está en la silicona interior, que al estirarse genera una presión envolvente que se adapta a cada movimiento.  

Las texturas internas hacen el resto, acariciando el glande y el cuerpo del pene de forma irregular, como si distintas manos o bocas jugaran a la vez. Esa combinación de elasticidad, suavidad y relieve es lo que convierte a los huevos masturbadores en un pequeño laboratorio del placer.

¿Qué diferencias hay entre un huevo masturbador y un huevo vibrador?

Aunque sus nombres puedan confundir, son juguetes muy distintos. El huevo masturbador se utiliza sobre el pene y es manual, tú controlas el ritmo, la presión y los movimientos.

El huevo vibrador, en cambio, se introduce en la vagina o el ano y funciona con un motor que genera vibraciones para estimularte desde dentro. 

Cómo usar un huevo masturbador paso a paso

Usar un huevo masturbador es muy fácil, muy parecido a hacerse una paja, pero esta vez con un invitado extra que hace que la sesión de masturbación sea más premium. La marca más famosa es Tenga, aunque existen muchísimas más y así es como puedes sacarle el máximo partido, paso a paso.

Paso 1. Saca el huevo de su cascarón

Antes de empezar, asegúrate de tener el huevo limpio y en buen estado. Algunos son de un solo uso y otros se pueden reutilizar varias veces, pero en todos la higiene es fundamental. Quita el envoltorio y sácalo de su cáscara de plástico, verás que su textura es viscosa y muy elástica y tiene un agujero en la parte inferior que ya te puedes imaginar para qué es. 

Paso 2. Aplica bien de lubricante

Justo en ese huequito de la base es donde deberás poner un buen chorrito de lubricante a base de agua para que el interior del huevo quede bien húmedo y deslice sin problemas. El lubricante es clave para que la fricción sea suave y que la silicona haga su magia, envolviendo y estimulando con cada movimiento sin generar molestias.

Paso 3. Introduce el pene y estira el huevo

Coloca el huevo sobre el glande y comienza a estirarlo hacia abajo, deja que se adapte a tu tamaño. No tengas miedo si el huevo se estira mucho, su elasticidad permite que se ajuste de manera natural a tu pene. Encuentra tu posición ideal y estarás listo para empezar a trabajar.

representacion de como usar un huevo masturbador

Paso 4. Experimenta con los movimientos

Una vez dentro, puedes variar la velocidad, la presión y los movimientos. Agarra el huevo y el pene con la mano y comienza a realizar movimientos de arriba a abajo, como una paja tradicional. La combinación de la elasticidad del material y los relieves internos hace que cada cambio genere nuevas sensaciones.

Paso 5. Limpieza y cuidados al acabar

Después de usarlo, si el huevo es reutilizable, lávalo con agua tibia y un jabón suave o limpiador específico para juguetes, sobre todo si has acabado dentro. Déjalo secar completamente antes de guardarlo en un lugar fresco y seco. Cuidarlo bien prolonga su vida útil y evitará que aparezcan estrías o grietas.

Consejos para disfrutar más con tu huevo masturbador

Aunque sea más fácil usar un huevo masturbador que hacerse un huevo frito, te vamos a dar algunos consejos que pueden hacer que una masturbación sencillita suba de nivel:

  • No escatimes en lubricante: cuanto más húmedo esté el interior, más jugosa y placentera será la fricción. Usa siempre uno de base acuosa para cuidar el material.
  • Juega con la temperatura: calienta el huevo con un poco de agua tibia antes de usarlo o enfríalo ligeramente si te apetece algo distinto. La variación térmica cambia por completo la experiencia.
  • Combínalo con otros juguetes: añade un poco de estimulación anal con un vibrador prostático y prepárate para ver las estrellas, puede que incluso logres hacer un ‘squirt’ masculino.
  • Incluye a tu pareja si te apetece: puede ser un juego previo divertido o una forma de explorar juntos sin presiones. Dejar que sea tu pareja quien tome las riendas y marque los ritmos.
  • Cuida el juguete después: esto es muy importante, no te olvides. Lávalo como te hemos contado, así conservará su textura y seguirá dando placer como el primer día.

Ahora que ya sabes cómo se usa el huevo Tenga, estás listo para llevar tus masturbaciones a otro nivel. Juega, experimenta y disfruta sin prisas cada textura. Al final, se trata de eso, de conocerte mejor… y de disfrutarlo un huevo por el camino.