¿Has escuchado hablar del famoso chorro y te gustaría saber más acerca de él? ¿Flipaste viéndolo en una película porno y desearías experimentarlo?

Después de leer atentamente este post y poner en práctica lo que te vamos a contar, vas a tener que lanzar una moneda hacia atrás ¡porque parecerás la Fontana di Trevi en primavera! No sabemos si se cumplirán tus deseos, pero seguro que te lo vas a pasar genial en este viaje explorando esa posibilidad. 

Qué es el ‘squirt’

Tal y como te contamos en nuestro post ‘Squirt’: qué es y en qué se diferencia de la eyaculación femenina, el ‘squirt’ es un líquido transparente que se expulsa desde el orificio de la uretra a modo de chorro y se produce por la estimulación de la próstata o zona G.

El líquido expulsado parece agua clara y la sensación física es como si estuvieras haciendo pis. Cuando esto ocurre, no significa que se esté teniendo un orgasmo aunque, por lo general, ambos fenómenos suceden a la vez.

Descubre paso a paso cómo hacer un ‘squirt

Nos gustaría decirte que es tan fácil como introducir los dedos en la vagina, estimular la zona G y ¡tachán! Pero esto sería como decirle a alguien que quiere aprender a pilotar: «súbete al avión, despega y vuela». Existen unos conocimientos básicos que debes conocer previamente (básicamente los comandos, para poder pilotar). También revisaremos algunas técnicas y herramientas para ponerte manos a la obra:

1. Relájate

Si no te relajas, ¿cómo vas a disfrutar del vuelo? Es importante minimizar todo aquello que te perturba e impide que te enfoques en el placer. Por ejemplo, el miedo a mojar la cama o estar demasiado pendiente de tu pareja. Para lo primero te aconsejamos hacerlo en la ducha o hacer uso de nuestras maravillosas sábanas impermeables reutilizables. Para lo segundo, ¡sayonara cari! Lo mejor es que te inicies en esto a solas para poder conectar contigo.

Es más, hay quienes presionan a su pareja e incluso se toman su squirting como un reto personal. Si esto sucede, déjale claro que esa actitud no va a ayudar en absoluto y, ya de paso, que intente relativizar todo cuanto ve en la pornografía. Las expectativas irreales son como kryptonita para el sexo.

2. Adopta una postura cómoda

La posición «de despegue» es muy importante. Hay quienes prefieren tumbarse boca arriba mientras que a otras personas les ayuda estar en cuclillas o ubicar una almohada bajo su trasero para elevar su cuerpo y tener un mejor acceso a la fuente de su placer.

3. Activa todo tu cuerpo

Pon en marcha los motores de tu nave. Para ello recorre con tus manos todo tu cuerpo y cuando decimos TODO es TO-DO. Si no vas al grano con tu pareja, ¿por qué ibas a hacerlo a solas? Tómate tu tiempo para excitarte al máximo acariciando todo tu body y haciéndote el amor como solo tú sabes. Cuanta más excitación acumules, más fácil será localizar tu zona G y que mojes las sábanas.

4. Conoce tus genitales

Vas a tener que conocer a fondo esa maravillosa cabina de control que son tu vulva y tu vagina para poder ofrecerte un viaje celestial. Estos son los comandos:

  • Clítoris: Es un órgano realmente alucinante. Tiene unas 8000 terminaciones nerviosas (WOW!) y eso significa que es extremadamente sensible. Se le compara con un iceberg porque de él solo vemos la puntita o glande, que se ubica externamente en la vulva. La parte más extensa, raíces y bulbos, se encuentran en el interior, en la vagina.
  • Uretra: Es el conducto que transporta tu orina desde la vejiga hacia fuera.
  • Próstata femenina: Formada por las glándulas uretrales. Está enraizada alrededor de la uretra. Con la excitación se hinchan presionando la uretra levemente. De ahí que te entren ganas de hacer pis a veces.
  • Zona G: Es una zona especialmente sensible de la vagina puesto que colinda con los bulbos de clítoris y también con la próstata femenina o glándulas uretrales.
Dibujos anatómicos de la vulva, el clítoris al completo y órganos sexuales internos femeninos

Según nos cuenta Esperanza Gil, sexóloga de amantis, «La anatomía sexual femenina es fascinante. Tiene fama de ser muy compleja cuando en realidad solo hay que tener un poco de interés por conocerla y ganas de explorarla desde la curiosidad y el placer». Y eso es lo que haremos a continuación: explorar.

5. Localiza tu zona G

Desliza lentamente los dedos índice y corazón en tu vagina, y arquéalos en dirección hacia tu ombligo hasta que toques tu hueso púbico. Explora esa zona con las yemas de tus dedos. Posiblemente sientas una textura un poco diferente, como más rugosa. Si es así, ¡enhorabuena! Acabas de descubrir tu zona G.

6. Usa la técnica

Una vez has localizado ese punto, mueve tus dedos hacia a delante y atrás de forma rítmica, en un gesto de decir “ven hacia mí”. Hazlo suave, como si estuvieses rebañando un bote de mermelada.

Y si prefieres que un profesional lo haga por ti, hazte con un juguete erótico curvado. Si además incluye vibración, obtendrás una buena estimulación extra. Mueve el juguetito hacia arriba y hacia abajo como una pequeña y pícara palanca que ejerce presión frente a tu zona G, y verás que sensación más deliciosa.

También hay quienes logran squirtear sin penetrar nada en su vagina, gracias a los milagros de la tecnología. Suelen hacerlo con la ayuda de un juguete succionador o con un vibrador potente como las clásicas varitas mágicas (cuando las pruebes verás por qué les llamamos así). Su estimulación es tan potente, que logra llegar a estimular la próstata sin necesidad de tocarla directamente ¿Cómo te quedas después de leer esto?

TOBOGANE HOT RABBIT de amantis es un buen ejemplo de juguete que estimula la zona G

6. ¡No te cortes!

Puede que sientas ganas de hacer pis justo antes de hacer el squirt. Si eso sucede, es que vas por buen camino. No frenes el momento y déjate llevar. Eso no significa que te vayas a mear del gusto y si eso ocurriese, ¿qué problema hay? Seguro que has tomado medidas después de leer el punto número 1.

7. Aterriza

El squirting se trata de una experiencia más y hay que darle la importancia justa. Hay personas que squirtean de forma natural y a otras les resulta más difícil alcanzarlo. Si esto ocurre, ten la certeza de que no tienes algo roto o te sucede algo malo. No hay dos vulvas ni dos vaginas iguales.

Si te preocupa más llegar al orgasmo o hacer squirting que disfrutar, es muy probable que no logres ninguna de las dos cosas. La clave está en conocer la técnica y centrarse en las sensaciones. 

Ahora que ya pilotas, coge los mandos y ¡bon voyage!