Los juguetes sexuales pueden ser tus mejores amigos en el dormitorio y durante tus relaciones sexuales, pero, como cualquier amigo, si no los tratas bien, pueden convertirse en un dolor de cabeza o, mejor dicho, de genitales. 

Irritaciones, hongos e incluso ITS, nadie las quiere en su vida y, aunque un juguete sexual por sí solo no te provocará ninguna infección, si no se usan de forma adecuada pueden contribuir a su contagio.

Sigue leyendo y te resolveremos todas las dudas. ¿Cómo pueden los juguetes sexuales causarte una infección? ¿Cómo cuidarlos? ¿Qué materiales son los mejores? En definitiva, todas las respuestas que necesitas para disfrutar de tus juguetes eróticos sin que te acaben llevando a la consulta del médico.

Cómo prevenir enfermedades al usar juguetes sexuales

Las infecciones más comunes relacionadas con el uso de juguetes sexuales son la candidiasis, la vaginosis bacteriana, las infecciones urinarias e incluso las infecciones de transmisión sexual. 

La candidiasis es una infección fúngica que provoca picor, molestias y un flujo vaginal más espeso. Estos hongos pueden aparecer si los juguetes no se limpian bien o si quedan húmedos antes de guardarlos, a estos pequeños bichitos les encantan los entornos húmedos y calientes. 

La vaginosis bacteriana es un desequilibrio de las bacterias de la vagina. Un juguete mal higienizado o hecho con materiales porosos que acumulan bacterias puede fomentar este desajuste de la flora vaginal. 

Además, también puedes estar invitando a infecciones urinarias e incluso ITS a la fiesta sin darte cuenta. Compartir sin protección, no limpiarlos bien o usarlos de cualquier manera puede hacer que las bacterias campen a sus anchas por tus juguetes y acaben en tu cuerpo.

«Un juguete no transmite placer erótico ni infecciones por sí solo. Son las prácticas, los cuidados y las decisiones lo que determina su impacto en la salud y tu bienestar.«

Esperanza Gil, sexóloga de amantis

A continuación te dejamos los 4 mandamientos para prevenir infecciones al usar juguetes sexuales:

1. Limpieza, limpieza y más limpieza

Lo hemos repetido por activa y por pasiva, pero sí, una de las cosas más importantes es mantener tus juguetes siempre limpios. Limpialos antes y después de cada uso como si tu salud dependiera de ello porque…¡Sorpresa, sí, depende!

Usa agua y jabón neutro, o mejor aún, un limpiador específico para juguetes sexuales como el que tenemos en amantis. Nada de dejarlos tirados después de usarlos o de guardarlos tal cual en su bolsa, lo único que conseguirás es que se convierta en el hervidero perfecto para los microbios.

Si quieres ir un paso más allá, algunos juguetes metálicos, de cristal o de silicona se pueden hervir durante unos minutos para eliminar por completo cualquier tipo de suciedad. Si tu juguete tiene mando o algún componente electrónico como, por ejemplo,  un huevo vibrador, puedes utilizar toallitas húmedas desinfectantes sin alcohol

Después de higienizarlos, deja que se sequen muy bien y guárdalos en bolsitas separadas para que no se toquen entre ellos, en un lugar seco y alejado de la luz directa. Además de mantenerlos limpios, estarás alargando su vida útil y podrás disfrutar de más horas de placer con tu juguete favorito.

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2. Materiales seguros para tu zona íntima

No todos los juguetes sexuales están hechos con los mismos materiales ni tienen la misma calidad. Lo principal es que, cuando vayas a comprar un juguete íntimo, inviertas en uno de calidad. Los materiales de baja calidad pueden ser poco respetuosos con tu cuerpo y provocar reacciones alérgicas o infecciones.

Lo ideal es apostar por materiales no porosos donde las bacterias no puedan acumularse tan fácilmente y que puedan limpiarse mucho mejor. Por ejemplo, algunos materiales porosos que no deberían ser tu primera opción son la gelatina o PVC blando y el látex. 

En su lugar, escoge juguetes hechos con silicona médica, vidrio, ABS o acero inoxidable. Ya te avanzamos que existen unos dildos de silicona y unos plugs anales metálicos que te dejarán con la boca abierta.

3.Compartir si, con cabeza, también

Compartir es vivir, sí, pero si vas a hacerlo, hazlo con cabeza. Si os gusta compartir vuestros juguetes, tened en cuenta que vuestros fluidos (y bacterias) también se compartirán. 

Para estar bien seguros, lo más recomendable al usar juguetes de penetración es utilizar un preservativo para evitar la transmisión de cualquier infección, sobre todo si lo utilizas con alguien que acabas de conocer o con múltiples amantes. Si utilizas vibradores o succionadores, puedes usar condones orales que actuarán como barrera protectora. 

4.¿Un solo juguete para todo tu cuerpo? ¡Hay mejores opciones!

A veces la excitación nos puede llevar a utilizar un juguete en diferentes partes de nuestro cuerpo, de la boca al ano, del ano a la vagina, de la vagina al clítoris y vuelta a empezar. Esto, aunque suena super excitante, no es la mejor manera de utilizar tu juguete. 

Por ejemplo, si introduces un vibrador en tu ano y después en tu vagina, podrías estar pasando bacterias del recto a la vagina o incluso a la uretra si masajeas también el clítoris, provocando posibles infecciones nada placenteras. 

Lo mejor es tener un juguete para cada parte de tu cuerpo, además, ¡así podrás estimular varias zonas de tu cuerpo a la vez! También, existen opciones más completas, como los vibradores de doble estimulación, que te ayudarán a tener más de un frente cubierto con un solo juguete.

Vibrador de triple estimulación
Vibrador de triple estimulación

Beneficios del uso de juguetes sexuales para tu salud íntima 

No te asustes con todo esto, las infecciones transmitidas por los juguetes sexuales son muy poco frecuentes y solo ocurren si no los utilizas bien. Y, aunque los juguetes eróticos están diseñados para jugar y proporcionar placer sexual, los juguetes sexuales pueden tener beneficios terapéuticos cuando se utilizan de forma consciente y adaptada a las necesidades de cada persona.

En casos como el vaginismo o la falta de lubricación natural, los juguetes con vibración como un vibrador para punto G son especialmente recomendables, ya que favorecen la relajación muscular, estimulan la circulación sanguínea y ayudan a reconectar con el placer desde una vivencia segura y progresiva.

Por otro lado, los vibradores prostáticos pueden contribuir al bienestar de la próstata, siempre que se utilicen correctamente y con las precauciones adecuadas, reduciendo el riesgo de problemas como la prostatitis.

Aparte de todos estos beneficios físicos, los juguetes sexuales son perfectos para liberar estrés, aumentar tu autoestima, mejorar la relación con tu pareja e incluso dormir mejor. 

Así que ya sabes, cuida a tu juguete, límpialo muy bien para eliminar cualquier tipo de bacteria y…¡A disfrutar sin miedo!