Las duchas anales, para que te hagas una idea, se hacen con un dispositivo que te permite introducir agua de forma controlada en el recto. El objetivo es doble: garantizar una sensación de frescura y al mismo tiempo preparar el terreno para el placer sin preocupaciones.

¿Quieres adentrarte en el mundo de las duchas anales, pero no sabes por dónde empezar? No te preocupes, no necesitas conocimientos de fontanería ni tener un doctorado en anatomía para atreverte con ellas. 

En este artículo te contamos paso a paso cómo hacer una ducha anal: desde elegir el enema adecuado hasta cuál es la temperatura perfecta del agua, pasando por las posturas más cómodas. 

Cómo se hacen las duchas anales paso a paso

¿Estás listo descubrir el maravilloso y fresco mundo de las duchas anales? No es para nada complicado, solo necesitas un poco de preparación y los accesorios adecuados. ¡Así que pon atención, que esto se pone interesante y muy húmedo!

1. Elige la ducha anal adecuada

Para poder hacerte una ducha anal, primero tendrás que escoger qué tipo de aparatito vas a usar. Existen varias opciones, una pera para lavativa es perfecta si no quieres complicarte mucho o tienes prisa. Este tipo de duchas anales tiene un pequeño depósito que se llena de agua y solamente debes apretar. 

Si quieres algo más pro, también existen los enemas para ducha anal enroscables al teléfono de tu ducha, estos utilizan la presión del grifo para expulsar el agua y son más potentes. 

2. Prepara el terreno

Lo primero es lo primero, y es que antes de todo, debes estar relajado. Asegúrate de estar en un lugar cómodo y, por supuesto, que nadie te interrumpa. Tómate tu tiempo, respira profundo y recuerda que la relajación es clave para que el agua fluya.

Lo ideal es que lo hagas en la ducha o la bañera, ya te adelantamos que te vas a mojar, no tengas la brillante idea de hacerlo en el salón.

3. Ajusta el agua

Ahora que ya está todo listo, es el momento de preparar tu ducha anal. Si estás usando una ducha con depósito, simplemente llénala con agua tibia. Lo ideal es que el agua esté a una temperatura que no te incomode, ni demasiado caliente ni demasiado fría. Un buen truco es probarla en tu muñeca antes de usarla. 

Si optas por un enema adaptable a la ducha, desenrosca tu teléfono de ducha, enrosca el enema correctamente y abre el grifo para comprobar que el flujo de agua es el adecuado

También te recomendamos escoger la temperatura del agua en este momento para evitarte sorpresas, no quieres un chorro de agua hirviendo o helada entrando de golpe dentro de ti, ¡qué horror! 

4. Introduce la boquilla o el enema

Ahora viene lo más delicado, pero nada que no se pueda manejar con calma. Aplica un poco de lubricante a base de silicona (sí, siempre con lubricante) en la boquilla y en el ano. 

Con suavidad, introduce la boquilla de la ducha anal por el ano, algunas boquillas están diseñadas con ondulaciones y formas para darte un toque extra de placer mientras te limpian. 

Cuando ya esté dentro, comienza a apretar el depósito de agua o a abrir el grifo de tu ducha lentamente, no lo hagas de golpe o podrías hacerte daño. Si la has introducido correctamente, notarás como el agua fluye dentro de ti. 

postura para ducha anal

5. Disfruta de la limpieza 

Una vez que el agua haya entrado, te recomendamos esperar y sentir cómo tu cuerpo se adapta a la sensación y se limpia por dentro. Cuando hayan pasado unos segundos, sal de la ducha, ve al váter y vacíate como si estuvieses yendo al baño.

Si crees que hace falta otra ronda, vuelve al paso número 3 y repite, quizás necesites un poco de práctica, sobre todo si estás empezando. 

Cuando ya te sientas limpio, la sensación de frescura será increíble, dejándote listo para el sexo o para jugar con tus juguetes anales favoritos.

6. Limpieza y almacenamiento

Una vez que hayas terminado tu sesión de ducha anal, es súper importante que limpies bien tu equipo para que esté listo para la próxima vez. Enjuaga bien tu ducha anal con agua tibia y un poco de jabón neutro. 

Asegúrate de eliminar cualquier resto de agua o lubricante y, si tienes un enema de mayor complejidad, asegúrate de desmontarlo y limpiarlo a fondo. Deja que se seque completamente antes de guardarlo en un lugar limpio y seco. 

Y recuerda, si lo guardas en una caja o bolsa, ¡que sea en un lugar donde no se mezcle con otros juguetes sexuales! ¡La higiene es lo más importante!

¿Cómo se hace la ducha anal perfecta? Trucos y consejos

Si aún tienes algunas dudas, aquí te dejamos algunos trucos y consejos para que tu ducha anal salga perfecta y sin sorpresas: 

  • Hidrátate: bebe agua antes y después para mantenerte equilibrado, vas a expulsar bastante líquido.
  • No uses jabón: el jabón puede irritar la zona, mejor usa solo agua tibia.
  • Lubricante, siempre: aplica un poco en la boquilla y la zona anal para que la entrada sea más suave.
  • Tómate tu tiempo: no apures el proceso, hazlo con calma para evitar disgustos.
  • Temperatura del agua: usa agua tibia, no caliente, para evitar irritaciones.
  • No lo hagas en exceso: una vez por semana es suficiente para mantener el equilibrio natural.
  • Mejores posturas: las mejores posturas para una ducha anal son a cuclillas, a cuatro patas como un perrito o con un pie levantado, apoyándolo en una superficie plana para abrir mejor la zona.

Y ahí lo tienes, una guía completa para saber cómo se hacen las duchas anales. Con los pasos adecuados, las posturas más cómodas y unos simples cuidados, harás que tus lavativas sean algo super fácil e incluso placentero.