¿Hace un tiempo que le das vueltas a probar por primera vez el sexo anal? ¿Estás deseando subirte al tren del éxtasis por la puerta trasera, pero tienes miedo de hacerte daño o de sentir incomodidad?
El sexo anal sigue siendo un tema rodeado de mitos, tabúes y muchas dudas, pero lo cierto es que puede ser una experiencia increíble si se hace bien, con calma, confianza y lubricante a tope.
En esta guía te damos todos los consejos básicos para que tu primera vez sea todo menos un drama. Desde cómo preparar la zona hasta qué juguetes pueden ayudarte, pasando por las mejores posturas.
¿Cómo hacer sexo anal por primera vez?
Estos son los primeros pasitos que debes dar para adentrarte -nunca mejor dicho- en la búsqueda del placer a través de tu agujero negro y aprender cómo hacer un buen anal.
1. Ante todo, paciencia y lubricante
Sí, ya sé que te mueres por introducirte un mástil real o artificial por el culo, pero una de las reglas de oro sobre cómo hacer un anal si no lo has probado nunca es ir poco a poco.
El ano no dilata de la misma manera que lo hace, por ejemplo, la vagina, y además no produce tanta lubricación, por lo que hay más riesgo de sentir dolor o de hacerse daño, así que utiliza una buena cantidad de lubricante anal compatible con cualquier material para evitar irritaciones o heridas.
Hay que tener mimo y paciencia: no te estreses si necesitas días, semanas o incluso meses hasta que consigas relajar el ano y meterte lo que sea en el agujero negro.
2. Calor y vibración para relajar la zona
Un buen método para ponerte a 100 y dilatar el ano es masajearte o dejarte masajear alrededor del esfínter con algún lubricante de efecto calor, que es vasodilatador y te proporcionará una sensación explosiva.
O si no, puedes utilizar algún juguete que vibre para relajar la zona y subir la temperatura. Por ejemplo, un pequeño plug vibrador puede servirte para ir poniéndote a tono.
“Para empezar a erotizar el ano, lo ideal es, en el momento en de más excitación, estimular el culo y el esfínter sin penetrarlo, solo tocando y acariciándolo, por ejemplo, con los dedos. Así, poco a poco, experimentaremos más placer y el culo dilatará porque nos pide más” – Alba Povedano, psicóloga y sexóloga
3. Juguetes para abrir camino
Si ya sientes que es el momento para la penetración, puedes introducir en la ecuación juguetes para el ano como un dildo anal o un vibrador anal. La mejor opción para empezar sería un juguete de forma piramidal, y sobre todo que no sea muy ancho.
Es preferible un dildo largo pero más estrecho que uno muy ancho, para poder dilatar con más tranquilidad en un inicio. Importante: utilízalos con preservativo y… ¡No los pases del ano a la vagina sin haber cambiado el condón!


4. Comunicación antes, durante y después
No subestimes el poder del dirty talk. Aunque estéis a tope, es fundamental que habléis antes, durante y después de probar el sexo anal. Acordad una palabra de seguridad o una forma rápida de decir “para” sin cortar el rollo del todo.
Recuerda, el consentimiento es sexy, pero sobre todo es imprescindible. Si algo no te convence, se para, se cambia o se deja para otro día. No hay prisa.
También podéis hablar de qué os apetece, qué os da curiosidad o hasta dónde queréis llegar. Crear un espacio de confianza puede hacer que la experiencia sea muchísimo más placentera.
5. Llega el momento de la penetración
Vale, llevas un rato calentándote, masajeando, usando juguetes, respirando hondo… y de repente piensas: ¿Y ahora qué?
Primero no te lances como si esto fuera una peli porno. El momento de la penetración tiene que ser suave, consciente, lento y muy, muy lubricado. Lo ideal es que la persona que recibe esté totalmente relajada y excitada, y que quien penetra lo haga con cuidado, prestando atención a cada gesto y a cada sonido.
Puedes empezar apoyando solo la punta, haciendo pequeños círculos. Si hay dolor, se para. Si hay placer, se sigue. A veces entrar del todo lleva minutos… y no pasa nada.
6. Posturas que facilitan el acceso por la puerta de atrás
No hace falta sacar el Kamasutra. Para empezar en el sexo anal, lo mejor es usar posturas en las que quien recibe tenga el control, como la cucharita, el perrito o sentándote encima para controlar el ritmo y la velocidad.
Explorad hasta encontrar la que mejor se adapte a vuestros cuerpos y sensaciones. Y si una no funciona, ¡pues se prueba otra!
7. Después del polvo: limpieza, mimos y cuidados
Una vez hayáis terminado el polvo, toca mimarse. Limpia bien la zona con agua templada y un jabón suave, y si notas el ano un poco sensible o irritado, puedes aplicar una crema calmante tipo aloe vera.
Tampoco os olvidéis del aftercare: abrazos, besos y comentarios, “me ha flipado esto” o “esto no me ha molado tanto”. Todo eso también es sexo.
¿Cómo practicar sexo anal sin dolor?
Para evitar el dolor al practicar sexo anal, lo primero es quitarse la prisa de encima y aplicar mucho lubricante. No vale echar solo una gotita: hay que usarlo sin miedo.
Antes de intentar la penetración, conviene tomarse un buen rato acariciando la zona, jugando con los dedos o con un plug pequeño para que el esfínter empiece a relajarse.
Si hay tensión o incomodidad, lo más probable es que duela, así que relájate, respira y disfruta. Y muy importante, si algo duele cambia el ritmo, vuelve al paso anterior o para. El sexo anal bien hecho no duele, da gustito.
¿Hay que hacerse una ducha anal antes de tener sexo anal?
No es obligatorio hacer una ducha anal antes del sexo anal, pero mucha gente lo hace porque le da más tranquilidad. Con haber ido al baño unas horas antes y limpiarte bien por fuera suele ser suficiente, ya que el recto normalmente está vacío.
Pero si te quieres asegurar, puedes hacerte usar una pequeña ducha anal con agua templada, sin jabón y sin presión, simplemente para limpiar la zona más superficial. Y si no te duchas, tampoco pasa nada, el sexo anal puede ser igual de placentero y limpio.
Ahora que ya tienes claro cómo se hace el sexo anal, ¿te animas a probar el placer de atrás?
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