En primer lugar, por si alguien tiene todavía dudas, la penetración no debería ser dolorosa. Así que si en lugar de disfrutar y sentir placer, duele, es una señal que algo no va bien. Una de las causas más habituales es el vaginismo. En amantis respondemos a tus dudas acerca de esta afectación y de paso colaboramos a romper alguno de los tabúes que la acechan.

¿Qué es el vaginismo?

El vaginismo es una contracción involuntaria de la musculatura que rodea la vagina, impidiendo la penetración.

¿Cómo saber si tengo vaginismo?

Las causas pueden ser múltiples y variadas. Miedo a la penetración, ansiedad anticipatoria al posible dolor, experiencias represivas o traumáticas e incluso causas físicas como un parto doloroso o complicado, falta de lubricación o cirugías pélvicas por ejemplo.

¿Cómo superar el vaginismo?

El vaginismo se puede tratar, pero antes de empezar a ponerle solución hay que descartar que las causas sean orgánicas (físicas), así que el primer paso es acudir a un médico especialista.

Cómo tratar el vaginismo

  • Autoconocimiento. Los primeros pasos para tratar el vaginismo consiste en el autoconocimiento de la zona genital. Con un espejo entre las piernas sitúate de forma cómoda para conocerla, mirarla, tocarla (sin intención de masturbarse). La idea es volver a conectar con esta zona de tu cuerpo que en un momento dado “va por libre”. ¡Betty Dobson fue la pionera de esta práctica!
  • Aprende a relajar tu vagina. Otro aspecto importante es aprender a aislar los músculos que cuando se contraen impiden la penetración. Y una vez detectados, aislados y controlados puedes trabajar técnicas de relajación y contracción con ellos, como por ejemplo, la respiración diafragmática.
  • Dilatación gradual. Los siguientes pasos serían comenzar con una técnica de dilatación e inserción gradual. Para ello, se recomienda el uso de dilatadores vaginales (dildos de tamaños diferentes y progresivos). Empieza realizando un suave masaje en la zona externa y poco a poco introduce el dildo, sin forzar la vagina para no producir dolor. Cuando ya se pueda introducir el de un tamaño más pequeño será el momento de pasar al de siguiente diámetro y así progresivamente.

  • ¡Lubrícate! Durante todo el proceso, se puede y recomienda el uso de lubricantes. Para pieles diversas y especiales, mejor optar por lubricantes ecológicos

Un error común

Hay muchas personas que cuando piensan en un problema de la musculatura del suelo pélvico, se lanzan a utilizar bolas chinas y hacer ejercicios de Kegel. En el caso del vaginismo, sería contraindicado, ya que los músculos ya tiene una buena tonificación, lo demuestran contrayéndose involuntariamente tanto que impiden la penetración.

Y un último consejo

Es un trabajo que se recomienda hacerlo con el acompañamiento de una persona profesional que te vaya guiando y ayudando a gestionar las ansiedades, pensamientos y obstáculos que puedan aparecer por el camino. Pero sobre todo, tener clara esta premisa: hay que esforzarse pero no forzarse.