«Maternidades subversivas»: hablemos de maternidad y sexualidad
Hoy queremos presentaros en nuestro blog a Maria Llopis, una artivista feminista, vinculada durante muchos años al movimiento postporno y que en los últimos tiempos ha estado trabajando el tema de la maternidad y la sexualidad. Y todo ello lo ha recopilado en un libro: «Maternidades Subversivas». Hablamos con ella en esta entrevista.
amantis: Acabas de publicar «Maternidades Subversivas», y en muchos momentos, se afirma que la maternidad es un estado sexual más. ¿En qué sentido?
María Llopis: En el sentido de que son procesos que forman parte de nuestra sexualidad. Pero nuestra sexualidad entendida en su sentido más amplio. Si para una persona sexualidad es solo coito entre adultos, pues apaga y vámonos. Este es el problema fundamental creo yo, la visión limitante de nuestra sexualidad. Es un tema que aparece una y otra vez en el libro.
a: ¿No sería más un momento de asexualidad?
ML: ¿Asexualidad? En el embarazo las zonas erógenas por excelencia duplican su tamaño (como mínimo) y los genitales se hinchan por lo que están hipersensibles… Las mujeres embarazadas se corren rapidísimo. Y hay mujeres que tienen un orgasmo en el parto, esta es una realidad invisibilizada, pero realidad. Las contracciones del útero cuando se está de parto son las mismas contracciones del útero que cuando se tiene un orgasmo. Estos datos son obvios, pero parece que se nos ocultan. Con esto dicho, pueden pasar miles de cosas, ¡cada embarazo es único!
a: ¿Por qué tantas mujeres tienen pocas ganas de relaciones sexuales en su postparto y primeros meses de crianza?
ML: ¡Tienen pocas ganas de relaciones sexuales con su pareja! ¡Tienen pocas ganas de coito! Pero es que no solo el coito es sexualidad. Con quien sí tienen muchas ganas de compartir cama, teta y cariño es con sus bebés. Esta es una fase más de la sexualidad humana. Es una relación libidinal que se establece ente madre y criatura. La teórica Casilda Rodrigañez la explica muy bien. Y explica muy bien también como castrar esa relación produce seres desconectados que serán buenos esclavos en el sistema capitalista.
Sobre el deseo sexual cuando estás dando la teta, a ver, es que tu cuerpo genera prolactina, que es una hormona que anula el deseo sexual como lo conocemos. Es una cuestión hormonal.
Si das biberón retomas más pronto las relaciones sexuales con el otro. Os transcribo una parte de la entrevista a Helen Torres en el libro:
“Entonces me di cuenta de que no quería follar porque ya estaba follando… Con el bebé. ¡Y era una relación monógama! Las tetas no me las podía tocar ni dios. Yo ya tenía mi mejor amante. Estaba completamente enamorada. Me quedaba horas extasiada mirándolo. Ahora veo las fotos de cuando era bebé y no lo reconozco. Yo veía a un ser que abarcaba todo con su belleza y su fragilidad”.
a: ¿Y por qué muchas están más sexuales que nunca durante el embarazo?
ML: Pues algunas mujeres conectan con esa faceta de su sexualidad y otras no. Las razones para no hacerlo pueden ser tantas: violencia sexual vivida en el pasado o en el presente, controles ginecológicos excesivos que convierten el embarazo en una enfermedad, complicaciones reales del embarazo, parejas sexuales con prejuicios o los prejuicios en general, que en esta sociedad tenemos muchos…
a: Muy interesante el capítulo con Alicia Murillo donde se describe las relaciones sexuales y la maternidad como trabajo sexual, que merecería ser pagado. ¿Puedes dar una pincelada a nuestros lectores de esa idea?
ML: Alicia apunta que dentro de la institución matrimonial -o de simplemente la pareja- se dan una serie de cuidados que a veces son de carácter sexual, y que deberían ser pagados. Ella señala que la maternidad también debería ser considerada un trabajo y por lo tanto pagado. Y si consideramos que las fases de la maternidad son estadios sexuales… Entonces el quid de la cuestión es que el trabajo sexual debe ser siempre remunerado. Esto desmontaría el sistema capitalista.
«Lo malo es que hoy en día son trabajos estigmatizados y se asocia el estigma con la pobreza. Siempre asocio el tema de las putas con el de las amas de casa. Una amiga decía que la prostitución se asocia al tema de la inmigración. Esas mujeres están mal no por ser putas, están mal por ser inmigrantes. Y gracias a que son putas comen todos los días. Esta misma amiga me decía: “el día en que las putas y las amas de casa se sienten en la mesa a dialogar, se acabó el patriarcado.”
a: Si en el mundo del sexo hay muchos tabúes, ¿no crees que si hablamos de sexo y maternidad aún los hay doblemente?
ML: Hay una negativa a hablar del deseo sexual de las criaturas, de los estadios sexuales de la maternidad, etc. Parece que el único tema posible sea la pederastia y el abuso infantil. Yo entiendo que esta es una sociedad en la que hay tantos abusos sexuales a la infancia que estamos todos traumados por ello y que nos cuesta mucho hablar de estos temas sin conectar con nuestro propio dolor.
a: ¿Qué hacer para superarlos?
ML: Lo que estamos haciendo, hablar, y ser valiente para poder mirarse a uno mismo bien dentro y ver de donde vienen todos esos prejuicios.
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