El bondage es una práctica que consiste en atar e inmovilizar a tu pareja o, una parte de ella, con el fin de alcanzar una experiencia satisfactoria, por parte del atador y del atado.
En este arte, el erotismo tiene un papel fundamental, pues la búsqueda del placer se hace a través de la inmovilización. Implica una confianza extrema en la pareja, ya que se delega toda la responsabilidad en el otro sin poder oponerse.
Si quieres probar a practicarlo te dejamos aquí algunos tips que te serán de interés.
Ante todo, seguridad
Es importante que tú y tu pareja empecéis esta práctica conociendo los principales nudos de seguridad. De esta manera empezarás en el bondage de forma segura y sin hacerte daño. Puedes intentar aprenderlos con tutoriales en internet, aunque es más seguro que aprendas con gente que se dedica a ello. Te recomendamos a Esther, de despertnt, por ejemplo.
También es importante que entre tú y tu pareja pactéis una o varias palabras claves (o gestos) que indiquen al otro en que momento parar o cancelar el juego. Por ejemplo, “naranja” para indicar que algo no está bien; o “rojo” como señal de alarma cuando se quiere parar completamente la práctica. Debes poder deshacer los nudos con suma rapidez (los nudos de seguridad así lo permiten) y por si acaso… ¡Ten tijeras en mano (a poder ser, médicas)!
Y piensa con lógica: hay lugares por donde está prohibido pasar la cuerda, por ejemplo el cuello. Ten en cuenta también que las ataduras no deben ser muy fuertes para que no afecten la circulación. Y… ¡nunca abandones a nadie que esté atado! Esta práctica busca el placer y está basada en la confianza. Dejar atado a alguien e irte, ni que sea unos segundos, puede ser peligroso y romper la confianza para siempre.
Una cosa después de otra
Como cualquier técnica, deberás ir paso a paso: primero deberás aprender los principales nudos, luego las principales ligaduras y luego ya podrás hacer filigranas con suspensiones, nudos deslizantes, figuras estéticas, etc… Además, esta práctica brinda la posibilidad de incorporar muchos juguetes y accesorios eróticos en escena: máscaras de látex, instrumentos de spanking, inmovilización mediante mordazas, amarres, cadenas o cintas adhesivas, vendas para ojos, ceras, pinzas para pezones y todo lo que tu imaginación admita.
Con qué atar
Sí, lo has adivinado, el material principal son las cuerdas. Déjate aconsejar por un experto a la hora de escogerlas. Seguramente te recomendarán cuerdas de materiales naturales como el yute, el cáñamo o el algodón, que es más fácil de encontrar. El plástico u otros materiales sintéticos pueden dañarte la piel y no serán tus mejores aliados. Cuando empieces a controlar la técnica, puedes usar otros materiales como tiras de tela o sábanas. Y podéis divertiros también con cintas, esparadrapos de tela, esposas…
Ante todo, actitud
Como cualquier juego, como cualquier arte, el bondage tiene mucho de actitud. Pensad con vuestro compañero de juegos si quizás os apetece ambientar la práctica: una buena decoración en la sala; interpretar el rol de dominante y sumiso; vestir de alguna forma especial al atador o al atado… Todo ayuda y… excita.
No todo es sexo
En general, en las prácticas de BDSM (Bondage Sado Massoquism), el acto sexual puede aparecer pero no es elemento principal de los juegos. Por ello, te animamos a aprender a disfrutar, a excitarte y sentir de estas prácticas sin llegar al terreno sexual que ya conoces… Luego, cuando te hayas convertido ya en un máster del bondage, incorporar la relación sexual más al uso en tus prácticas, ¡será el summum!
19 agosto, 2014 a las 1:19 pm
Es tan divertido atar ^^
Los arneses de cuerdas también son muy sugerentes 😉
12 septiembre, 2014 a las 3:52 pm
¡Sí!!! ¡Gracias por la idea!
7 diciembre, 2020 a las 8:43 pm
A mi también me encantan las ataduras y las mordazas. De forma consensuada es un juego muy agradable para compartir en pareja. Me agrada ver que resaltaron la parte de la seguridad en el bondage. Es muy importante.