Rígidos

¿Qué son los vibradores rígidos?

Como todo en la vida, el sexo también es una cuestión de gustos. Si lo que buscas son caricias firmes, estás en el lugar indicado. Solo tienes que descubrir si prefieres un vibrador hecho de metal, cristal o cerámica. Tienes diversas opciones, pero ninguna te va a dejar indiferente.

Se trata de vibradores para sibaritas que buscan las sensaciones excitantes del metal, el cristal o la cerámica acariciando el cuerpo desnudo, y jugando con los contrastes del frío y el calor.

Características de los vibradores rígidos

Los vibradores rígidos están hechos con metal, cerámica o cristal. Materiales de alta calidad que se deterioran menos con el paso del tiempo, por lo que van a ser, sin lugar a dudas, una buena inversión a la hora de garantizar un placer duradero. Orgasmos duros y contundentes durante muuucho tiempo.

Entre sus características principales destaca el hecho de que normalmente pueden pasar del frío al calor. Y es que, según modifiques la temperatura, la estimulación que puedes lograr y la forma en la que reacciona tu cuerpo puede ser muy diferente. Por eso, esta peculiaridad es perfecta para los juegos en pareja, descubrirás quién prefiere orgasmos gélidos o de lo más ardientes.

Otra peculiaridad de los vibradores rígidos es que cuentan con un diseño más artístico y sofisticado, para personas que también buscan el estilo en su vida sexual.

¿Cómo se usan los vibradores rígidos?

Estos materiales tienen diversas particularidades que hay que tener en cuenta a la hora de usarlas, para que no te pierdas ningún detalle del universo de sensaciones que te pueden proporcionar. Una experiencia diferente que te va a proporcionar las caricias más resbaladizas.

Estos vibradores están hechos para proporcionar experiencias contundentes, ya que además el metal, o el cristal, son excelentes transmisores de vibraciones. Si es la primera vez que vas a usar un juguete erótico, ve con calma. Estos vibradores no son los más recomendables para introducirse en el mundo de los sex toys, pero si lo haces, debes hacerlo de forma progresiva, empezando con los de tamaño más reducido. Así, cuando ya estés más acostumbrada o acostumbrado, puedes pasarte a otros de un tamaño mayor. ¡Será más fácil para ti!