Hace un mes publicábamos en redes un concurso de relatos eróticos, en el que os invitábamos a escribir un relato erótico, donde utilizárais el Miss Bi de Fun Factory, y los tres mejores relatos, se llevarían este juguetito tan fenomenal de la marca alemana.

¡Pues ya tenemos ganadorxs!

Primero de todo, queremos agradecer la participación a todxs lxs que habéis escrito y enviado vuestro texto: Marta, Carmen, Claudia, Maitane, Esmeralda, Maria, Thais, M. Jade, Yaiza, Noelia, Noelia, Víctor, Irene, Carmen, Sumiso, Francisco, Erin, Marina, German, Carlotta, Neus, Silvia, Sara, Marina, Marina y Montse. ¡25 relatazos en total!

Deciros que al jurado, conformado por personal de Fun Factory y de amantis, nos ha costado escoger. Los relatos finalistas han sido los siguientes:

* Huracán Leslie, de Marina
* Relato, de Sara
* Relato erótico de amantis, de Silvia
* Minerva, de Irene
* Futuristi, de M. Jade
* Ella, bocabajo, de Carmen
* Retrobada, de Marta

Pero ¡solo 3 relatos podían ganar! Así que allá va. Os dejamos a continuación los relatos que se lleva el Miss Bi de Fun Factory.

Futuristi, de M. Jade

—Quiero fuera zapatos, calcetines y pantalones. ¡Ya! 

Te beso a fondo, con prisa, exponiendo mi deseo. Cuando no te muerdo el labio, recorro tu cuello con la lengua, te pego a la pared mientras sigo saboreándote. Te agarro los huevos, la polla… está tan dura que me pregunto qué vas a dejar para el resto de la noche. Me separo de tus labios apenas dos segundos para quitarte la camiseta, siento tu piel arder. Aún aturdido por la excitación gimes de dolor cuando sientes cómo retuerzo tus pezones, los pellizco, tiro de ellos. Sin proponértelo siquiera ya te estás encogiendo por el dolor, por mucho más que puedas aguantar te duele a la par que te encanta. 

—No olvides quién manda aquí —digo mientras te cojo del mentón, tus ojos me miran con sorpresa y sumisión tras el bofetón que acabo de darte. Te beso y esta vez, al separarme, te pongo la mordaza de bola, estás muy guapo calladito…

—¿A ti te parece normal babearme todas las tetas? 

—…

—¿No dices nada, gusano? Ya puedes pedir perdón, de rodillas. —Extiendo mi pie hacia ti y espero, ya sabes lo que tienes que hacer—. ¿Y ahora me babeas los pies? Se acabó.

Cogiéndote del cuello te levanto y te llevo hasta la cama, acabas a cuatro patas, con las piernas abiertas y sacando el culo todo lo posible, como a mí me gusta. Te azoto con fuerza con el flogger, no he empezado de forma progresiva por lo que te duele más de lo habitual, das un respingo cada vez que el cuero toca tus testículos. Empiezas a retorcerte y cojo la vara, esta vez son tan solo cinco azotes, pero fuertes, y te quito la mordaza. 

—¿Qué se dice?

—Lo siento, Ama —con la cabeza gacha, sin poder mirarme a los ojos, te disculpas.

—Muy bien, perrito, empieza a limpiar el estropicio. —Te ofrezco mis pechos para que lamas cada gota de saliva que has derramado en ellos. Me siento al borde de la cama contigo arrodillado delante de mí mientras acabas. Te beso y piso tus genitales, gimes por la impresión, aunque te encanta; te masturbo con el pie mezclando dolor y placer, es embriagador ver cómo te quedas quieto cada vez que aprieto un poco.

—¿Ya estás cachondo, perrito? —Con una mirada te quito las ganas que tienes de tocarme, aunque estés anhelando hacerlo; pero no más de lo que anhelas mi toque. 

Me levanto ante ti, tu diosa, y te concedo un premio más. 

—Quítame la falda. No tenemos toda la noche, más vale que te des prisa. —Por fin consigues bajar la cremallera y te animo a que vayas bajando la falda por mis piernas, me encanta verte desde arriba, tan sumiso, tan mío. Cuando está hecho vuelvo a sentarme, no sin antes darte un azote fuerte, inesperado, en la polla—. Eso por lento.

Vuelves a tu sitio, arrodillado entre mis piernas. Te beso, me recreo contigo, te doy un respiro y dejo que acerques tu cabeza a mi regazo. 

—¿Te gusta lo que ves? ¿Ya estás salivando como una perra en celo?

Te dejo con ganas de más, si quieres darme placer vas a tener que ganártelo. Te pongo la capucha de cuero de privación sensorial sin la mordaza y, sin que me veas, me pongo el arnés a la cintura con el dildo negro y estriado.

—Abre la boca. —Obediente, lo haces sin rechistar, todo lo que puedes, yo estoy de nuevo sentada contigo entre mis piernas. Te cojo la cabeza y te guío directamente hasta el dildo—. Chupa.

 Me excita muchísimo verte lamer, tanto que necesito levantarme, quiero follarte la boca.

—Vaya, resulta que eres una feladora nata después de todo. ¿Cómo vas con las arcadas? —Nada más decirlo te meto la polla más adentro, bombeo, me recreo viendo cómo apenas aguantas las embestidas—. ¿Eso significa que vas bien? 

Como puedes asientes con la cabeza con la boca llena.

—Como lo estás disfrutando, putita. —Una vez más asientes y sonrío, es hora de prepararte el culo.

En la cama, boca arriba, con los brazos atados en cruz, las piernas abiertas y las rodillas atadas al cabecero de la cama estás en la postura perfecta para lo que voy a hacerte, cómo me pone verte tan abierto y vulnerable…

Me pongo un guante con intención de intimidarte y empiezo a meterte un dedo, te miro mientras lo hago, te beso, lamo tus pezones, procuro mantenerte excitado, quiero que te relajes y me permitas jugar sin perder la excitación. Parece que lo consigo y usando un poco más de lubricante meto un segundo dedo.

—Mmm me encanta estar encima de ti y mirar tu cara mientras disfrutas. Estoy deseando follarte este culo tan bonito y correrme mientras lo hago —esto último es apenas un susurro contra tu oído… 

Sigo trabajando tu culo, te dilato poco a poco con mis dedos mientras te mantengo excitado. A veces te toco, a veces te dejo deseando mi roce y otras, simplemente, te dejo mirar mientras me toco a mí misma. Cuando consigo que estés relajado empiezo a dilatarte con el pequeño dildo realístico que tanto te gusta, poco a poco el dildo va entrando, cuando llega la parte más gorda me centro en tu polla. La chupo, la masturbo, paso mis tetas por encima, quiero que notes mis pezones, que sientas lo excitada que estoy.

Cuando entra y te sientes cómodo me preparo para follarte yo misma con ayuda del arnés, voy metiéndolo poco a poco, mirándote, diciéndote lo mucho que me gusta hacerte mío así. Te masturbo y con toda la delicadeza que puedo voy penetrándote. Gimes cuando entra del todo. Despacio empiezo a moverme dentro de ti. De nuevo te beso, te toco, te excito, te meto un dedo en la boca para que lo chupes, te obligo a mirarme mientras te follo. Te masturbo, unas veces despacio, otras con fuerza. Empiezas a disfrutar.

Te follo más rápido, parece gustarte, me recreo viendo cómo reaccionas y sigo follándote. Usando el dolor para excitarte vuelvo a atormentar tus pezones, te azoto la polla, incluso los muslos. Si te masturbara un poquito más explotarías, pero quiero alargarlo, que desees repetir una y otra vez, quiero seguir disfrutando de tu culo un poquito más. 

—Mira, perrito, mira cómo haces disfrutar a tu Ama —te digo mientras pongo contra mi clítiros el Miss Bi G5 morado, el vibrador futurista como lo describiste tú la primera vez que lo viste, y empiezo a gemir como loca. Estoy tan mojada, tan excitada que lo aprieto para que no resbale tanto y poder sentir las vibraciones con más fuerza aún.

—Nadie te va a follar así el culo nunca, perrito, jamás, solo yo. Eres mío. —Jadeando sigo follándote como puedo hasta que, entre gritos, me corro.

Sobre ti, me recupero de mi orgasmo. Solo necesito unos segundos, noto tu excitación contra mí y vuelvo a moverme despacio. Te quejas un poco, pero enseguida te acostumbras. Gimes cuando, cogiéndote del cuello, te miro a los ojos y te follo despacio, pero con más fuerza, penetrándote con más profundiad. Suplicas por correrte varias veces, te retuerces cada vez más, no sabes si prefieres acabar o seguir disfrutando de esta deliciosa tortura. 

—Por favor, Ama, no aguanto más… —desesperado, fuera de ti, con la voz quebrada y la frente perlada de sudor, suplicas una última vez. 

Estás relajado y agotado, te desato, dejo que te tumbes apoyado en mí y te acaricio, todavía te estás recuperando cuando te susurro al oído: 

—Prepárate porque aún quiero que me folles a cuatro patas como si no hubiera mañana y quiero que uses también a Futuristi…

Relato erótico amantis, de Silvia

Volvía a casa tras un día de mierda, replanteándome una vez más si había elegido la carrera adecuada. La música sonaba a todo volumen en mis auriculares tapando el sonido de la lluvia. Una fuerte ráfaga de viento hizo que a mi pequeño y endeble paraguas se le partieran un par de varillas. “Joder, ¿es que no me va a salir nada bien hoy?” Lo tiré en la papelera más cercana y seguí andando por las callejuelas de Santiago hasta llegar a mi casa. Esa misma tarde tenía una entrevista de trabajo y no podía permitirme llegar empapada. 

– ¡Aliciiiiaaa! ¿Tienes un paraguas de sobra? – llamé a su puerta y entré. Ahí estaba, tan resplandeciente como siempre, ¿cómo hacía para que incluso con una camiseta blanca y unos vaqueros quisiera quitárselo todo? 

– Dios mío nena, pero ¿qué ha pasado? – su dulce voz resonaba en mi cabeza acompañando a todos mis sucios pensamientos – Quítate eso mojado ya, voy a por el secador. 

Empecé a pasear por su habitación, había estado ahí mil veces y siempre me paraba a mirar las fotos del corcho. ¡Qué monada de persona! No me creía la suerte que tenía de poder convivir con ella. No era una chica espectacular pero su carácter enigmático hacía que me atrajese cada día un poco más. 

– Madre mía Mar, ¿todavía estás así? Te vas a poner mala, ven – empezó a quitarme la chaqueta y yo me ruboricé con su roce. Me quité la camiseta y ella hizo lo mismo, ¿qué estaba haciendo? – Así estamos en paz, ¿no? – ¿Acababa de oír bien? ¿La chica por la que llevo colada meses se está desvistiendo conmigo? Sin dejar de mirarla ni un segundo me quité los pantalones y ella me siguió, me estaba empezando a calentar, el corazón se me iba a salir del pecho, quería arrancarle la ropa interior y hacerla disfrutar. Dio un pasito, quedándose a escasos centímetros de mí, levanté la cabeza y sonrío – ¿Incómoda? 

No podía más pasé mi mano por su sien, recogiendo los pelos que le tapan la cara y la besé, al principio con timidez, no sabía cómo iba a reaccionar. Cuando vi que me seguía le lamí suavemente el labio inferior y le di un mordisquito. Ella hizo un ruidito de placer me agarró el culo y me besó apasionadamente. La levanté y me senté en la cama poniéndola encima de mí a horcajadas, empecé a besarle el cuello y a bajar lentamente pasando por su clavícula hasta su pecho derecho. Le quité el sujetador y sutilmente deslicé mis pulgares por sus pezones, la masajeé unos minutos hasta que me empujó y me dejó totalmente estirada en la cama. Poco a poco fue bajando, me estaba poniendo mucho, su boca se acercaba a mi entrepierna y paró, sonrió y me pasó la lengua por la parte interna del muslo derecho, repitió el proceso con el muslo izquierdo. 

Paseó sus dedos por mis labios y los introdujo en mí haciendo presión en las paredes, una corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo, suspiré. Acercó su boca a mi clítoris y dibujó círculos con su lengua, notaba como mi miembro se hinchaba y como mi respiración se agitaba, empezó a acelerar y yo comencé a gemir, movía su lengua de lado a lado, cambiaba los ritmos, sus dedos acariciaban las paredes de mi vagina, me corrí, estaba más mojada que cuando llegué a casa, los orgasmos eran incontables. La agarré del pelo y suavemente acerqué su boca a la mía mientras que con la otra mano recorría su espalda, deslicé mi mano hacia su tripa. Su cara de placer, su cuerpo pidiéndome a gritos que continuara me calentaba, aún más. Introduje los dedos, estaba húmeda, con el pulgar le acariciaba el clítoris mientras que con los otros dos presionaba su vagina. Gemía cada vez más, no podía parar de besarle el cuello y ni de acariciarle el pecho con la otra mano. 

Ella extendió el brazo hacia la mesilla de noche y sacó un juguete, le colocó un preservativo mientras yo seguía tocándola y besándola. Separó mis piernas y me introdujo el juguete, una parte de éste quedó por fuera y ella se colocó encima. El aparato comenzó a vibrar, aquella sensación era maravillosa, la miré, estaba más guapa que nunca, con la boca entreabierta, y el sudor recorriendo sus mejillas, era la mujer más feliz del mundo. Notaba como todo mi cuerpo se acompasaba, no podía más, iba a explotar, no parábamos de gemir, era la novena sinfonía de los orgasmos. 

– Madre mía Mar, ¿todavía estás así? Te vas a poner mala, ven – su voz interrumpió mis fantasías, me sobresalté – estás muy colorada, ¿te encuentras bien? – me acercó ropa seca y el secador, sonriéndome. Yo aún estaba mojada, no por la lluvia, sino por todo lo que había pasado por mi cabeza. Le sonreí de vuelta y cogí las cosas. 

– Gracias – susurré avergonzada. 

– Hoy es la entrevista, ¿no? – asentí – Te va a ir genial ya verás, tú recuerda lo que hemos hablado, y, sobre todo, intenta respirar profundo antes de entrar. – Le sonreí, no sé qué tiene que me encanta. – Por cierto, esta noche viene Luis a cenar, es nuestro 2o aniversario. 

Retrobada, de Marta

– Well, we made it home. –dic mentre tanco la porta del carrer suaument. Et dono l’esquena involuntàriament, i tu aprofites per abraçar-me per darrera. Em poso vermella mentre noto com m’estrenys, amb ànsia, contra el meu cos.

Ja feia una temporada que no ens veiem; els ‘preliminars’ més llargs que hagi viscut mai. Mesos de sèxting, de trucades d’hores amb el vibrador a la mà, de desig posposat. Abans de tot això, cap dels dos havia planejat ficar-se en una relació a distància. Simplement, en algun moment vam arribar a un punt de no-retorn on ens feia mal la idea de separar-nos. You know, darling: I love you. Ara et prems contra la meva esquena, i sento tota la tensió acumulada entre les nostres cuixes, ben visible en el teu paquet enganxat al meu cul. Em petoneges el coll –Fuck, how much I’ve missed you– i en un moment juganer em mossegues l’orella. No puc allargar-ho més: em giro i et menjo la boca. Durant una estona, amb ganes, com si m’hi anés la vida: tenim tant de temps a recuperar!

Encara estem al passadís perquè no podem moure’ns del lloc. Només volem que follar-nos l’un a l’altre, i que no s’acabi mai. Ens acariciem l’un a l’altre, ens espremem l’un contra l’altre i la roba ens és un destorb. Et poso contra la paret: Have you missed your mistress?, dic entre dents mentre et poso contra la paret. Tinc ganes de que això no s’acabi mai, i ho allargaré tot el que pugui. Avui tinc ganes d’allargassar-nos, de no córrer pressa, de assaborir-nos: vull prendre el control. I tu, amb els teus ulls blaus seriosos però un somriure a la boca, només pots dir: I have really missed my mistress, miss. How can I help you? Acaricio el teu engonal mentre et dic, amb veu greu i mirant-te els ulls, ni un centímetre de broma: Fuck me. Fuck your mistress. Noto com et tenses allà avall i com les meves calces son un mar de fluids.

Ara que he pres altra vegada el control, puc fer-nos arribar al dormitori. Obro la porta i et condueixo fins al llit. És en la tauleta de nit on tinc tot allò necessari per gaudir de l’estona al màxim. Mentre et treus la roba i et quedes en calçotets –I want to see you in your undies, can you do this for me?– aprofito ràpidament per treure el lubricant i els condons del calaix. També la capsa amb la joguina que vaig comprar ahir en un rampell. Té la pinta de que serà molt divertida de fer servir.

Encara porto la roba posada, perquè vull que me la treguis lentament. Et mano que em facis petons, i quan has aconseguit besar cada zona em pots treure aquella peça de roba. Amb ganes, comences per les espatlles, mentre t’acarono del cap. El pit, la panxa i flop!, samarreta fora. Són les normes del joc ara mateix. Per despistar-me, decideixes anar als peus, a les cames i et permeto treure’m els pantalons: ho fas lentament i maliciosament, mentre et mossegues als llavis i em mires directament als ulls. Què serà ara: sostenidors o calces? Decideixo deixar-te escollir, ja saps que sóc una domme bastant flexible. I m’agrada fer del sexe un joc amb tu: de trobar-nos en la tensió de les normes i de crear complicitat mentre explorem junts els nostres propis límits. Bra it is, miss; i aprofites per acaronar-me els pits mentre gemego. Soc molt sensible, ja sé que trigo ben poc en excitar-me del tot quan jugues amb els meus mugrons. Aprofites per acaronar-me la vulva per sobre de les calces: estic completament mullada, i el meu tímid clítoris comença a engrandir-se. Can you be a good boy and kiss me on the cunt?. Dit i fet: en l’estil d’un marrec, un brat, decideixes fer-ho per sobre de les meves calces xopes. La meva respiració ja és agitada, la teva comença a ser-ho mentre la teva erecció s’alça contra els teus calçotets. T’acarono el cap –Fuck, this is good– mentre encercles amb la teva llengua el meu clítoris, estimules els meus llavis resseguint-los amb el nas, pressiones contra el meu pubis. Take off these ruined undies.

Crec que és el millor moment per introduir el meu amic. Vull corre’m un parell de vegades abans que et fiquis en mi: vull estar completament oberta i preparada per quan decidim acoblar-nos i em fiquis el teu sexe calent ben a dins meu. Però encara no: tenim tot el temps del món per endavant. Et demano que et separis, que et quedis de genolls sobre el llit mentre trec la joguina que vull provar amb tu. És un d’aquests vibradors que et mouen des d’endins alhora que t’estimulen el clítoris, arrapats contra les meves parets. Sé com t’agrada penetrar-me amb objectes i així poder centrar-te en el plaer de veure el meu orgasme en el seu estat pur, sense haver de preocupar-te’n pel teu… yet. Perquè t’excita la visió de jo contorsionant-me, tensant-me per dins mentre noto cada nervi del meu cos relaxant-se alhora, posant els ulls en blanc i gemegant a ple pulmó. Així que el prens amb les mans, encuriosit, el poses en marxa i mires ràpidament les velocitats. Les comentem, proves contra la meva cuixa quines poden ser els ritmes més interessants, i m’estiro al llit mentre lubriques la joguina.

Primer decideixes acaronar-me els llavis i el mont de Venus, amb calma. Vols que el meu cos s’acostumi completament a la silicona mèdica, i que aquesta tingui la temperatura del meu cos. Primer ritme: perfiles els llavis, i començo a sospirar altra vegada. Ara decideixes pressionar la part més gran de la joguina contra el meu clítoris i és meravellós –Oh yes, that is really good–, vols provar totes les possibilitats del nostre company. I, suposo que com a reflex de les ganes que tens d’encastar-me contra el llit, decideixes penetrar-me, comprovant que el meu clítoris no entri en gaire contacte amb el conillet llis. Déu meu, que em penetris –tu: sigui com sigui, sigui amb què sigui– em fon per dins, necessito notar-te a dins meu. Lentament vas agafant ritme, seguint les meves respiracions i els meus precs. La meva vagina abraça amb més força cada vegada la joguina, la meva esquena poc a poc s’arqueja i noto el meu pit posant-se cada cop més vermell.

I el cop de gràcia: ara la joguina toca el meu clítoris, i el plaer ja m’absorbeix completament. Fuck me, fuck, fuck your mistress please: el teu ritme està sincronitzat del tot amb els batecs que tinc entre les cames, l’arc de l’esquena es cada vegada més accentuat i els teus ulls no poden apartar la mirada de la teva mistress a punt d’orgasmar. Clic –has trobat el ritme perfecte, el que aconsegueix fer-me córrer, i un gemec llarg se m’escapa. Mantens la joguina tot el temps que el meu cos necessita per readaptar-se després d’un plaer tan gran, i quan la meva vagina està una mica menys tensa treus l’amic del mig. Necessito un parell de respiracions, i tornar-me a connectar. That was great, you have made your mistress really proud, dic amb la poca veu que em queda. Satisfet i feliç, m’abraces i t’abraço. Un petó al coll i m’enganxo contra el teu pit. I love you, darling, et dic ben a cau d’orella.

El meu cos m’exigeix descansar una mica. Quan em recomposo acarono el teu engonal, lentament però amb ganes.

Fuck: here we go again.

¡Felicidades! Las ganadorxs se llevan un Miss Bi de Fun Factory

Miss Bi  de Fun Factory

Miss Bi de Fun Factory es ideal para mujeres que gozan del sexo a solas, que disfrutan con la estimulación externa y con masajes en la entrada de la vagina y en el clítoris. Además puede utilizarse de forma anal si lo deseas. Por todos estos motivos, es simplemente perfecto.

Miss Bi te proporcionará más de un orgasmo épico. El motor número 1 en el saliente masajea el clítoris, mientras que el motor número 2 situado en el compacto cuerpo de silicona estimula el punto G, el clítoris y la vagina. Decide qué combinación te gusta más y una vez la hayas encontrado, solo tendrás que presionar una tecla para que MiSS Bi la guarde.

¿Fantástico verdad? Si no eres una de lxs ganadorxs, ya sabes qué debes hacer…