No te sientas diferente, hay muchas personas a las que les ocurre. Pero aunque no seas una excepción eso no significa que debes dejarlo estar y renunciar al orgasmo en tu vida. 

Hay varias razones que pueden explicar tu falta de orgasmos. Quizás tu cuerpo no reciba la estimulación que necesita, ya sea porque es demasiado intensa, suave, rápida o en zonas que no son lo suficiente excitantes para ti. O a lo mejor, tus pensamientos no dejan que te concentres en el momento y/o te relajes lo suficiente para que se desencadene el orgasmo. 

Sea por lo que sea, el consultorio de amantis está para ayudar, así que hemos reunido todos nuestros conocimientos, por supuesto supervisados por las sexólogas del equipo, para darte algunos consejos.

Dale al reset

Lo fundamental para que tengas tu primer orgasmo es que te relajes y no te agobies. Es como un círculo vicioso. Cuando te obsesionas por alcanzar el orgasmo, no dejas que el cerebro sienta el placer corporal con lo cual seguirá sin aparecer… 

Consulta con un especialista

Igual que con otras disfunciones sexuales, lo primero es acudir a unx médicx especialista para descartar causas físicas. Una vez descartadas, hay que ponerse manos a la obra. 

Explora tu cuerpo

Para empezar te recomendamos algo tan básico como esencial como explorar tu propio cuerpo. Encuentra un momento para ti, cuando sepas que nadie ni nada puede molestarte. Un baño relajante, por ejemplo, es una buena forma de comenzar. La temperatura del agua, de la habitación, los olores, la luz… cuida todo esto para que estés cómodx. Y comienza a reconocer tu cuerpo. 

Evita empezar por la zona genital, ¡hay mucho más allá que sólo clítoris, vagina o pene! El cuello, los brazos, pechos, vientre… acaricia todas las zonas que encuentres y empápate de las sensaciones que te estás produciendo. ¿Te gusta una zona? Estáte más tiempo. ¿No termina de gustarte? Prueba más fuerte o diferente, incluso con algún que otro extra, a ver si te gusta más. 

Convierte en tu rutina darte placer

Una vez has recorrido todo el cuerpo, vamos a los genitales. La intención no es masturbarte (al menos por ahora). Si tienes vulva y crees que puede ayudar, usa un espejo para verlo todo mejor. Recorre cada parte de tu vulva o de tu pene para ver como reacciona tu cuerpo y que sensaciones te produce. Esta es una rutina que tendrás que marcar en tu calendario ¡al menos una vez por semana! Poco a poco, a medida que te sientas cómodx con la nueva rutina tu cuerpo y tu mente irán pidiendo más e irás probando técnicas e incluso juguetes eróticos, que cada vez te den más placer. 

Hasta que llegues al orgasmo…